Manuel Belgrano, el periodista




El paso de Manuel Belgrano por Europa fue sin dudas formativo en cuanto a su faceta de periodista. Desde mediados del siglo 17, la prensa era un espacio de divulgación de novedades en el Viejo Continente. En 1758, nació el primer periódico español, bajo la dinastía borbónica, de origen francés: fue el Diario de Madrid , el primero en habla hispana.



El hecho de haber estado en Europa en momentos de la Revolución Francesa seguramente lo marcó, al observar el dramático desarrollo que tuvo la prensa desde entonces.



Belgrano frecuentó este desarrollo del periodismo y estaba en España cuando Carlos IV prohibió la salida de nuevos periódicos –salvo el Diario de Madrid – en febrero de 1791, debido a los temores que despertaban los ecos de la Revolución Francesa.



En 1794, regresó a Buenos Aires tras ocho largos años en España con esa experiencia a cuestas, valorando el rol de la prensa. En esa etapa, se suscribió a publicaciones europeas, como el Almanak Mercantil , el Correo Mercantil de Madrid y el Semanario de Agricultura español.



Se convirtió él mismo en el primer cronista de viajeros local, al entrevistar a numerosos personajes que le transmitieron sus conocimientos del inmenso y deshabitado país. El Virreinato tenía entonces unos 450 mil habitantes, pero sólo 15 mil sabían leer y escribir.



Una experiencia singular fue el Correo Mercantil de España y sus Indias (creado en 1792), del cual fue primero colaborador y luego editor, porque se constituyó en la primera publicación que sumaba noticias provenientes de las colonias americanas.



Luego transitó la intensa etapa de apoyo activo al Telégrafo Mercantil y al Semanario de Agricultura , tanto en lo periodístico como en lo institucional.



César Díaz cuenta que el editor del Telégrafo , Francisco Cabello y Mesa, supeditaba la aparición del periódico a contar con una suficiente cantidad de suscriptores, que Belgrano garantizó al tomar 21 ejemplares desde el Real Consulado. Con esta decisión, dio viabilidad concreta a aquel primer proyecto periodístico del Plata. Más aún, puso a disposición del editor el archivo del Real Consulado y su propia pluma, que se intuye en muchos de sus artículos, aunque no lleven firma.

Fuente y nota completa: 


Bibliotecarios
Sergio y Andre

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